Soledades XI

Soledades XI (Antonio Machado)

Yo voy soñando caminos
de la tarde. ¡Las colinas
doradas, los verdes pinos,
las polvorientas encinas!…

¿Adónde el camino irá?
Yo voy cantando, viajero
a lo largo del sendero…
-La tarde cayendo está-.

” en el corazón tenía
la espina de una pasión;
logré arrancármela un día:
ya no siento el corazón.”

Y todo el campo un momento
se queda, mudo y sombrío,
meditando. Suena el viento
en los álamos del río.

La tarde más se oscurece;
y el camino que serpea
y débilmente blanquea,
se enturbia y desaparece.

Mi cantar vuelve a plañir:
“Aguda espina dorada
quién te pudiera sentir
en el corazón clavada.”

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